Urraca, reina de Asturias
Los libros de mamá – (2)
“Un homenaje a mi
madre ya fallecida, a quien eternamente debo agradecer que me inculcase el
placer de la lectura, el amor por el maravilloso mundo de los libros y por todo
lo que esconden”.
Y
me acerqué hasta esa estantería que cubre todo el frontal de la sala de
lectura, situada al final del pasillo de la casa materna, aquella “trastera lectora” como ella decía, donde se encontraban los
libros que de forma apasionada, voraz, leía incansablemente. Urraca me llevó
hacia los comienzos del año 1000, a lugares conocidos por mí, como las
cercanías del río Aller, las visitas a la Virgen de Miravalles, Pelúgano, Covadonga,
una ciudad de Oviedo que fue antigua capital del reino, la ciudad de León en
todo su apogeo, San Isidoro… un real feudo y unos habitantes que empezaban a
desperezarse del dominio árabe, junto a un Reconquista que todavía estaba en
los principios, en los primigenios albores de lo que iba a ser algo grande.
‘Dominante en Asturias Regina Domina Urraca cum biro suo
dominus Alvarus’.
Urraca la primera y única reina de
Asturias, para muchos olvidada, era
hija reconocida de uno de los Alfonsos (el VII de la estirpe) y la noble asturiana Gontrodo Petri. Criada y
educada a la imagen y semejanza de Sancha, la hermana del Rey. Fue casada muy
joven con el rey de Pamplona, (García Ramírez) como sucede en estos casos fue
un matrimonio político, esas malditas alianzas que casi nunca acaban bien, siempre
amó a su tierra hasta tal punto que su padre cuando ella enviudo le otorgó el
título de reina. En uno de sus intentos por establecer la independencia de
Asturias fue desterrada por su hermano Fernando II. Ya fallecida, en contra de
su voluntad, fue enterrada en la Capilla de Sta. María Magdalena de la catedral
de Palencia, y no en la capilla del rey Alfonso, “El Casto” en la catedral de
Oviedo, lugar en donde había realizado diversas donaciones, al lado de los
diferentes reyes de Asturias, como era su deseo.
Foces del río Aller: Asturias
El río
Aller transcurre por Asturias lleno de numerosas cascadas y torrenteras, en su
tiempo también fue un transitar de peregrinos. María Teresa Álvarez nos
presenta a la protagonista con todo su frescor, como un torrente de vida que
accede en primer lugar a obedecer los designios de su padre, a dejarse educar
por su tía Sancha, y finalmente a ser ella misma quien dirija su propia vida,
disfrutando por fin del amor y de su tierra, a la que amaba con pasión, como la
autora del libro. Un peregrinaje sobre su vida, sobre una mujer que lidió por
su independencia, por su sexualidad, pensando y actuando por sí misma, (siempre
que la dejaron) luchando por todo aquello que consideraba justo, hasta el punto
de buscar la total autonomía de su reino cuando, y cuando vio que a su querida
Asturias no era asistida en sus quejas, en sus demandas de la manera más adecuada, que sus necesidades
no eran tratadas, y que sus habitantes debían tener un mejor tipo de vida.
Cuando apoyó a la nobleza asturiana en todas las peticiones realizadas
peticiones lo pagó bien caro, siendo alejada de por vida de su querida
Asturias. Hasta el día de hoy sus huesos no reposan en la tierra que más amaba.
Desde la eternidad debe de estar sufriendo por esta espera…
Ultílogo:
A María Teresa Álvarez ya la
conocía cuando en sus tiempos mozos presentaba en Asturias ‘Panorama Regional Simultáneo’. Eran los tiempos de los dos canales
de televisión, y cuando llegaba las 14 h. se cortaba la emisión nacional para
conectar con los respectivos ‘Centros
Regionales’ donde daban las diferentes noticias de cada comunidad, pero no
creáis que esos tiempos están muy lejanos, son prácticamente del otro día, casi
a la vuelta de la esquina.
Me ha
gustado bastante la lectura, pues está escrita de forma muy amena y entendible.
Es complicado tratar este tipo de temas, porque puedes pecar de ser demasiado,
denso con tanta lista de lugares, reyes, reinas, consortes, nobles, peleas e
intrigas entre ellos llegando a ser un verdadero ´tostón literario’. Ella consigue ser fresca, presenta la vida de la reina Urraca desde otro prisma
diferente, pero sin alejarse de lo que en realidad fue su verdadera vida, se
ciñe a los acontecimientos históricos sin pecar de nacionalismos tan manidos y dañinos hoy día. Presenta a un ser de
lo más real y humano, una persona normal y corriente, como lo somos tú y yo,
alejándose de todo héroe literario, pero al final del mismo he llegado a una
conclusión: “Una verdadera heroína ha
invadido mi corazón”.
Una reina para un gran reino.
ResponderEliminarComo he comentado al final de la entrada: "Una verdadera heroína ha invadido mi corazón"
EliminarLa mujer siempre ha jugado un gran papel en la historia.
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