La senda del perdedor
Recomendaciones literarias (19):
No es la primera vez que entre “eyaculaciones y borracheras” llenas de
la típica soledad y la “enfermedad siempre crónica del escritor”, hablamos de ese autor del vómito con gran olor a
eterna acidez llamado Bukowski que desde el día en que me presentó a Kass, la
chica más guapa de la ciudad hizo que me enamorase por completo, hace que
siempre que la oportunidad lo requiera escriba unas resacosas letras como es el
caso.
Dicho así de sopetón esta santa
letanía llena de ripio, dejo las adulaciones de lado para que apoyado en una
barra de cualquier ignoto puti-club barato de carretera, hable, diserte o lo
que os dé la gana pensar sobre la senda
perdida de este gran triunfador del fracaso, un gran alcohólico reconocido
y cualquier otra maldad que de vuestra parte queráis añadir.
"Las noticias viajan velozmente en los lugares donde nunca sucede gran cosa"
No quiero parecer grosero, pero al
hacer esta entrada creo que me ha invadido el espíritu del autor y prefiero ser
claro. La historia narrada aquí es una auténtica hostia al llamado y perseguido
sueño americano, donde no todo es tan bonito como lo venden, vamos una
verdadera “bitch de bull”, una mierda de toro pinchada en un palo.
La vida de la gente humilde,
aquella que las pasa bien putas para llegar a fin de mes, representada en un
tal Henry Chinaski, en una época de depresiones y guerra en la siempre guapa y
joven ciudad de Los Ángeles, representada en multitud de ocasiones como la
maciza del barrio.
La película de este libro está
descrita de la siguiente manera. Un padre que aparenta lo que no es y
totalmente incorrecto en cualquier aspecto de la vida, escondiendo que es un
auténtico cabronazo por no decir algo más fuerte como ‘unhijodelagranputa’, una madre apaleada y que encima defiende a su
marido, al tío del protagonista le busca la madera, jefes atormentados por
otros jefes…
Chinaski tiene que aprender a sobrevivir a base de
hostias, es la única forma de entrar en el juego, tirando por el carro de la
vida una y otra vez, sin descanso, sin compasiones, porque también hay una
América que no es tan guay, la del desempleo, con esas colas del paro donde te
puedes encontrar de todo, tanto para bien como para mal, esos bares de mala
muerte, sórdidos lugares para cagarse en la madre de más de uno que vive a
cuenta de los demás, donde la frase esa puesta de moda por un presidente
trompetero y con apellido onomatopéyico puso de moda, ‘hagamos grande a América”
para algunos es enorme mentira, si no me creéis todas estas cosas que estoy
contando podéis preguntárselo a Chinaski, seguramente él sabe de lo que estoy
hablando.
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