El vendedor de tabaco
“No es
el canal que huele mal. Son los tiempos que corren. Son tiempos podridos,
depravados, corrompidos”.
Supongo
que cada uno de nosotros tenemos diferentes aficiones, como ser cazadores de
sombras, tal vez raindroops, buscar hermosos paisajes, quizás territorios
furtivos y fronterizos, mientras que otros vamos en búsqueda de historias, ya
sean para leer o escribir, y yo me he encontrado con una que merece la pena ir
de caza, buscar entre las estanterías de bibliotecas, librerías de los viejo,
en las últimas novedades etc., y es ‘El
vendedor de tabaco’, historia salida de la pluma del escritor Robert
Seethaler.
Hay
narraciones donde nos encontramos con personajes famosos salidos de la fértil
imaginación de un buen escritor, también de la vida real basadas en una parte
de la existencia adulta o tal vez en una parte de su ancianidad, eso me ocurrió
con un cascarrabias Sherlock Holmes
mucho tiempo atrás, pero aquí en ‘El
vendedor de tabaco’ nos encontramos con un Freud ochentón, perseguido por
los nazis debido a la condición de judío, y que establece una amistad con
Franz, un joven austríaco que padece el llamado mal de amores, ayudante de estanquero, que desea que el famoso
profesor le ayude con el problema de no ser correspondido por la mujer amada,
pero claro está…hay ciertas cosas que la ciencia no puede controlar, ni dominar
por mucho conocimiento que se tenga.
Entre
el humo de los habanos, el frío vienés, la violencia de ese maldito régimen que
intenta imponerse a la fuerza pese a quien pese, con la anexión de Austria a la
nueva Alemania pendiente de un hilo se va desarrollando la vida de Franz, que
poco a poco va aprendiendo como ser un buen vendedor de prensa y tabaco, todo
bajo la dirección de su jefe un mutilado de la 1ª Guerra Mundial, también
judío, amante de Austria y que no le gusta nada todo lo que está sucediendo
dentro de su querido país, toda esta trama irá envolviendo la vida de ambos,
junto a la amistad entre el famoso psiquiatra y el desconocido joven.
Un
autor austríaco que nos muestra una ciudad, Viena que nunca perderá su
particular encanto, ese que tanto le caracteriza. El dolor y el desgarro de una
época que jamás debería repetirse, sobre un convulso escenario que va
contemplando el joven Franz detrás de la tienda donde trabaja, con un espectral
Heil Hitler de fondo, que marcará ese
paso a la vida adulta, viendo como sucede el ascenso del nazismo, que paso a
paso está a punto de convertirse en tragedia.
Tranvías,
cabarets nocturnos, protestas políticas, pintadas antisemita en las paredes de
los edificios, y unos nacionalsocialistas que avasallan a todo hijo de vecino,
que se opone a todo aquel que no piense como ellos, y un Otto Trsnjek el dueño
del estanco que se preocupará por su pupilo, que junto a Sigmund Freud, ‘el médico de los locos’ que se dará
cuenta de que su ciencia no es tan exacta para curar eso que algunos denominan
como ‘locura de amor’.
Comentarios
Publicar un comentario