Diez negritos (Una de estupideces)
El título de la polémica
A consecuencia de la polémica suscitada en redes sociales por el cambio de título del libro de Agatha Christie “Eran diez”, de los cientos de artículos y comentarios a favor o en contra del mismo, hoy que tengo un poquito de tiempo –aunque sea con retraso- quiero decir lo siguiente, a pesar de todo el impulso dado por su bisnieto, y que se me acuse de “cuñao”, pero…estoy en un total desacuerdo. Una cosa es que se cambie el título de un libro por un enunciado mucho más político –adecuado para los tiempos en que vivimos- y otra cambiar la actitud de las personas que es mucho más difícil, eso es lo importante, por eso… ¿Qué importancia tiene eso?
En
mi barrio, en mi ciudad como en otras muchas el blanco siempre fue blanco, y el
negro siempre fue negro. Hay flacos y gordos, bajos y altos…Estamos llegando a
un grado de estupidez cada día más grande, ya que si nos ponemos en la tesitura
de cambiar las cosas para que suenen bien pondríamos el mundo patas arriba, y
esto lo puedo exponer con varios ejemplos para que me entiendan todos aquellos
que les gusta rizar el rizo.
1.
Las películas de ‘El
Gordo y el Flaco’ las podemos llamar el “Enjuto y Sobrepeso”.
2.
Los siete enanitos: ‘Los pequeños de estatura’ o ‘Los siete
acondroplásicos’.
3.
El jorobado de
Notredame: Este es mi favorito,
ya que soy discapacitado y cheposo –para
los que me quieran criticar después- deambulo con mi bastón por este amplio
mundo, y me importa una m…lo de chepo, para que luego digan. Me dicen chepu, giboso,
incapacitado, minusválido, tullido, ‘Tío de la Vara’, Mazinger Z, Pepo ‘el
Robot’ o ‘Chatarra antiséptica’ y no pasa nada. Así que el nuevo título sería
‘El discapacitado de Notredame’, otra estupidez más.
4.
El cuento infantil ‘El
pirata pata-palo’: ¿También le cambiamos el nombre porque no es
correcto? Luchamos por la inclusión de todas las personas, por la
normalización, si cambiamos el nombre de las cosas nunca podremos asimilar las
diferencias de género, sociales, sexuales o de cualquier otro tipo.
5.
Sigamos con los cuentos
infantiles, pues es desde la base donde tenemos que educar: ‘Las
princesas también se tiran pedos’, ¿volvemos a cambiar el título del
cuento porque las verdaderas ‘princesitas’ pueden resultar ofendidas, cambiando
pedo
por otra palabra que suene y huela mejor?
6.
Hay muchas historias en
donde los que somos diferentes no tenemos derecho a vivir y morimos, nos matan,
en otras somos malas de cojones y
nos vuelven a matar sin ningún miramiento. ¿Cambiamos también el final del
libro o el título del mismo? Si queréis ser correctos seamos correctos, es para
enfadarse.
7.
“La Bella y la
Bestia”, a votación ¿qué título
ponemos? Ninguno ha comentado nada al respecto.
8.
¿Cambiamos todos los
finales o títulos donde mueran árabes, musulmanes, etc., -como no puedo decir
moro por si alguien se ofende?
9.
Intercambiamos loco por
ido, gilipollas por ‘tonto el haba’, pero yo como asturiano defiendo uno de los
platos típicos de mi tierra y puedo ofenderme, por comparar el ‘ricu platu fabes’ con alguien que es
tonto, perdón…he querido decir mediolisto.
10. No nos podemos olvidar de uno de los grandes mitos,
Scarface (Caracortada), también metemos tijera y los nuevos señores y señoras de la eterna
inquisición, esos terribles porlocks, es decir los hombres de
negro actúan con la máxima autoridad.
Para finalizar con este pequeño gran órdago que hace desahogarme en esta silenciosa bitácora deciros que también hay excepciones como “Elmer el elefante de colores”, en vuestras mentes seguro que hay otros más pero este me gusta mucho, ya que durante unos años hice campañas de integración en los institutos con chicos de primaria y la E.S.O, utilizaba ese cuento junto con un hermoso cuento de Jorge Bucay, ‘Juan Sin Piernas’. ¿Cambiamos también el título? Integración sí ‘pero para todos por igual’, por una normalización sin barreras ni exclusiones, en este caso en la literatura.
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