El manuscrito de Dios
Los libros de mamá: (6)
Después
de un pequeño descanso para dedicarme a otro tipo de lecturas decidí
enfrentarme de nuevo a los libros de mi madre, así que allí me encontraba yo,
frente a la conocida y enorme estantería de una de las paredes frontales de la
casa materna, que tras una breve mirada me lancé a escoger un nuevo ejemplar de
mi fallecida madre, “El manuscrito de
Dios” de Juan Ramón Biedma, y estas
han sido mis impresiones.
Un
argumento para mi gusto insostenible, con una lectura imposible y muy pesada,
con un estilo que personalmente no me va, creo que es uno de los pocos libros
de mamá con los cuales me he metido un
batacazo. En otro tiempo, -cuando era mucho más joven- hubiera aguantado el
tipo hasta el final, leyendo el libro del tirón, pero me hago mayor, voy
coleccionando manías y claro, uno empieza a ser un poco repugnante con las cosas que uno lee, así que estos libros se hacen
imposibles para este maltrecho cuerpo. No voy a mentir, no lo he terminado,
porque hasta donde he llegado, -con mucho
esfuerzo- resultó infumable, en ocasiones aburrido, con escenas
desagradables, reiterativo, para mí es un verdadero truño.
Argumento:
Cinco
maletas repartidas en una ciudad preapocalíptica, ambientes sórdidos,
profanación de capillas, santuarios olvidados de la mano de cualquier dios,
antiguas bibliotecas, la ciudad de Sevilla descrita de forma tenebrosa, un
guardacoches que más bien parece un miembro de las fuerzas de operaciones
especiales, una mujer y un sacerdote –bien colocado dentro de la cúpula
vaticana- que se enfrentan a una
alianza, la antigua Inquisición que quiere volver a glorias pasadas, a poseer
el poder absoluto de antaño, esos nostálgicos de la Inquisición con una rabia
contenida por estar en la oscuridad durante cientos de años, asociadas a unas
fuerzas oscuras que buscan un manuscrito que todo el mundo quiere poseer.
Ultílogo:
Con
mucha tristeza devolví el libro al espacio que había quedado en la estantería tras
cogerlo, y al contemplarlo de nuevo en su lugar pensé muy mucho lo que quería
poner sobre el mismo, porque me daba pena escribir algo malo o negativo sobre
el ejemplar de mamá en esta silenciosa bitácora.
Así
que…debo de ser consecuente con mis ideas y con la filosofía con la cual se
creó este blog hace bastantes años. ‘Si
es bueno se pone que es bueno, si es truño se pone truño’, porque si no lo
hago así creo que estoy menospreciando al resto de autores, a los cuales se les
da caña de muy distinta manera, y creo también que no estoy faltando al respeto
a nadie, ya que en cuestión de gustos no hay nada escrito, por tanto aunque mi
madre es la culpable de mi pasión por los libros no debe de tener mis mismos
gustos.
Cuesta
mucho publicar, cuesta mucho que te hagan caso, y más aún cuesta mucho que te
lean y hacerte un pequeño hueco, donde algunas editoriales quieren meterte con calzador a ciertos autores
con sus correspondientes narraciones, en fin allá ellos, cada loco con su tema, así que
yo mientras tanto también seguiré con mis correspondientes lecturas y…locuras.
Comentarios
Publicar un comentario