El amuleto de Samarkanda
Una
lectura muy juvenil apta para todos los públicos:
Una parada de bus escolar da para
mucho, cada padre con sus aficiones y los respectivos problemas de la vida
diaria que cada uno tiene que resolver. La amalgama de oficios es variada, va
desde jugadores de rugby, conductores de ambulancia con demasiado trabajo los
fines de semana en recintos deportivos, pesadores de camiones…
Estoy retrocediendo en el tiempo
casi doce años atrás, estaba dando mis primeros pinitos en el blog, no en este,
sino con uno de música rockabilly que todavía sigue pululando por ahí en la red
de redes cuando salió a escena este título, un libro que estaba triunfando en
todos los aspectos. Una narración atemporal y que pasaría a forma parte de la
conocida como “Trilogía de Bartimeo”.
La lectura me encantó, (ya sé hay
muchos que no les gusta este tipo de frases, tampoco otra que dice eso de “me
enganchó desde las primeras líneas) pero me da igual, escribo tal y como lo
siento y punto. Hoy casi doce años después he vuelto a la relectura a pesar de
que no soy un crío, pero intento mantener mi corazón intacto, diciendo que me
ha gustado más que la primera vez que lo leí. Diablillos menores y mayores,
genios de todo tipo, trasgos y marids nos harán compañía hoja tras hoja hasta
llegar a un ente venido del “otro lado”
con un gran poder y al que todos temen llamado ‘Ramuthra”.
Todo
empezó aquel fatídico día en que un niñato escuálido y tembloroso se atrevió a
invocarme a mí, ¡yo el mismísimo Bartimeo, un espíritu privilegiado donde los
haya, genio para muchos, diablo para unos pocos!
Si hacemos caso a esta
introducción todo comienza cuando Nathaniel, que así se llama el tembloroso
crío, aprendiz de hechicero invoca a un poderoso genio con una astucia y
habilidades fuera de lo normal, (eso se irá viendo a largo de la lectura) un
ente atípico con un sentido del humor muy especial, que quedan reflejados en los
pies de página donde también iremos sabiendo algo de su larga y azarosa vida,
que ya dura milenios.
Brujos, hechiceros y demonios
conviven en Londres, capital mundial de la magia, el resto de ciudadanos, unos
pobres plebeyos viven casi esclavizados por toda esta casta dominante que los
gobierna y controla sin ningún problema. En pequeña escala un grupo de jóvenes se
oponen ante tal situación con los pocos medios que tienen al alcance de la mano
ante tal tiranía, son los miembros de la resistencia.
El embrollo llega cuando un
hechicero muy poderoso (Lovelace) en compañía de su antiguo maestro quiere
acaparar todo el poder, primero acabando con la gran mayoría de brujos (la
competencia para conseguir sus fines) que están en el gobierno, después
ocupando el puesto de primer ministro para ejercer la magia y el poder a la
manera que más le gusta, de una forma tiránica. Tiene un problema bastante
grande, el joven aprendiz de hechicero Nathaniel y el genio que ha invocado
Bartimeo tratarán de evitarlo a toda costa.
Vuelvo a repetir que es una
historia muy irónica, contada en primera persona por tal singular genio (algo
prepotente y vanidoso). Hay momentos en que pienso que la historia se alarga un
poco y tienes ganas de terminar, pero la aventura en sí de los personajes
merece la pena y te acaba atrapando. ‘El amuleto de Samarkanda’ es una
trilogía compuesta de otros dos títulos ‘El ojo del Golem’ y ‘La puerta de Ptolomeo’.
Post
scriptum:
Johnatan Stroud nos muestra una
visión de los magos totalmente diferente a la conocida por todos de Harry
Potter, con un mundo oscuro, dominado por el orgullo y la corrupción, que
siempre está a la vuelta de la esquina, donde los hechiceros son crueles con el
resto de mortales. El ambiente de este mundo lleno de magia no difiere muy
mucho del nuestro real, es la vida misma así que no debemos sentirnos
extrañados. La creación de un personaje como Bartimeo, uno de los ejes
principales de la historia, astuto como él solo hace que la narración sea un pelín más interesante, sobre todo cuando
leemos los pies de página que no tienen desperdicio.
Stroud es un reconocido escritor
de libros de fantasía orientados hacia los más jóvenes. Somos todo aquello que
leemos así que el dice que la principal fuente de inspiración para sus textos
viene de Enyd Blyton, famosa por su serie de aventuras ‘Los Cinco’. Empezó como editor de
libros para niños a publicar libros propios cosechando de forma rápida gran
éxito.
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