Apaciblemente fluye el Don Apacible

 


Memorizar poesías para burlar a Stalin:

    Tiempo atrás tenía en esta silenciosa bitácora un apartado al que denominaba "Paseando por Rusia" dedicando un apartado a la protagonista de la entrada de hoy, una poeta del silencio, la distancia, la tortura y el sufrimiento eterno gracias a la malvada política, junto a los tiranos que de vez en cuando gobiernan los países con puño de hierro, me estoy refiriendo a una de las creadoras del Acmeismo ruso como era Anna Ajmátova, la denominada musa del silencio, una mujer que en algunos aspectos me ha recordado a otro gran poeta, en esta caso argentino llamado Juan Gelman, el poeta de la distancia, que también vivió en sus carnes algo parecido.

     Malos tragos ha pasado esta mujer en su vida que podemos leer claramente en su obra. Amigos detenidos, su marido Gumiliov fusilado, mientras que Lev el hijo pudriéndose de por vida en los campos de concentración rusos, algo que siempre le echó en cara. Una soledad y una tristeza que le acompañarían de por vida, así que.... aquí os dejo un claro ejemplo.

Apaciblemente fluye el Don Apacible

Apaciblemente fluye el Don Apacible;

hasta mi casa se escurre la luna amarilla.

Brinca el alféizar con su gorra torcida

y se detiene en la sombra, esa luna amarilla.

Esta mujer está enferma

hasta la médula,

esta mujer está,

completamente sola

con el marido muerto y el

hijo distante

en prisión. Rueguen por mí.

Ruegen.


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