El pequeño Adolf y los demonios de la mente
Recordar que esta silenciosa bitácora es y será siempre muy ecléctica, leyendo y posteando todo aquello que caiga en nuestras manos, eso sin contar las obsesiones del momento de cualquiera que pueda escribir en la misma...abierta como el mar en el horizonte.
El joven Hitler – 1: (Serie
de 5 novelas autoinclusivas)
La novela trata sobre la génesis de un
monstruo y recuerda, los monstruos no solo nacen, también se hacen.
(El
autor)
Esta novela forma parte de la saga
“El
joven Hitler” y se leen de forma independiente. Ed. Dolmen.
El
hijo del “pequeño propietario” quiso ser el dueño del mundo y casi lo
consiguió.
Cuánta razón tiene el autor al
mencionar que los hombres –monstruos-
también se hacen. He leído por ahí que Hitler uno de los asesinos que más
líneas se han escrito de toda la historia era un claro ejemplo de posesión
demoníaca, pero tras la lectura de la narración de Cosnava nos hace ver que los
demonios escondidos en nuestra mente nos pueden hacer actuar de manera
diferente, unas veces para bien y otras –como
es el caso del personaje que nos
atañe- amargamente para mal.
Cuando escribimos sobre nuestros
personajes o intentamos que se desarrollen o expresen y comuniquen
sentimientos, actitudes…en las diferentes escenas a las que les sometemos los
creamos con matices que pensamos que son los más adecuados, pero Alois ‘pequeño propietario’ es la
representación de la maldad en persona, la perversidad hecha presente gracias a
los tres amigos invisibles que controlan su vida.
Le acompaña la maligna vida lleva
de vileza y locura un tío suyo llamado Neponuk,
junto a una malvada madre que marcará sus futuros actos en su caminar
por el mundo de por vida. Una maldad casi genética, marca de la casa que podrá
pasar de generación en generación, algo que pudiera explicar los principios de
cómo y por qué Hitler fue como fue, es decir la génesis de un asesino, y en el
caso del futuro líder de la gran Alemania no tuvo ningún ignoto pasado al cual
recurrir para comprobar los inicios de este jovenzuelo, narrados de forma
extraordinaria por Cosnava.
¿Pueden los monstruos gestar a otro
monstruo? En el caso de Hitler nunca lo sabremos…
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