Retratos y encuentros

noviembre 11, 2018

Retratos y encuentros

Entre resfriados, personajes famosos y ese punto de vista tan personal, en donde las cosas inadvertidas de la “ciudad que nunca duerme” Nueva York, son expuestas ante nuestros ojos, gracias a la particular mirada del autor.

Ficha técnica:

Título: Retratos y Encuentros

Autor: Gay Talese

Editorial: Alfaguara

Encuadernación: Tapa blanda

Lengua: Castellano

ISBN: 8788420406022

Nadie va a discutir el inigualable y único estilo (tan personal) de Gay Talese, nadie le va a negar que ha creado una forma de transmitir las cosas que muy pocos han podido imitar, y nadie como él para introducirnos dentro de una escena de cualquier historia que nos quiera hablar con esa especial particularidad, que tanto se estudia en las facultades de periodismo sentando cátedra, pero para mí la mayor parte de las historias, de los personajes que componen el libro no me han gustado, no me han llenado lo suficiente, Salvo la parte que hablaba de Joe DiMaggio, porque me recordaba a mi admirada Marilyn Monroe, pero todos los personajes, todos los protagonistas digamos que “me quedan muy lejos”, nada cercanos y muy lejanos a mi cultura.

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Joe DiMaggio - El gran beisbolista de Martinez (California)

Lo siento, demasiados boxeadores, unos por fracasados, otros porque han sido ensalzados hasta llevarlos casi a los altares de los dioses, deportistas retirados que viven como quieren, como les da la gana o en el peor de los casos como les dejan, manías de estrellas musicales…demasiado americano para mi gusto. Pero lo extraño de todo esto es que Talese tiene ese algo que te atrapa, que no te hace abandonar el libro para dedicarte a algo mejor.

Es en la parte final del libro, cuando habla de sus humildes principios, de sus primeros pasos dentro del mundo periodístico cuando más puntos gana, (un pequeño spoiler que no he podido evitar y que es extraño en mí.) Es justo en ese punto cuando aparece el gran Talese, aunque con un poquito de prepotencia por su parte, pues se vende muy bien, pero todo esto es lógico ya que si uno llega a ese nivel seguro que haríamos los mismo. El libro es para los muy admiradores y seguidores de este gran periodista/escritor americano, que junto a Tom Wolfe es uno de los grandes.

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"Con sus caros puros que tanto le gustaba fumar, y que a otros exasperaba, tal como lo explica en el libro, solo faltan los perros".

Post scriptum:

Pensaréis que no he tenido en cuenta algo tan importante como es que el autor no ha tocado los aspectos más conocidos, hazañas y logros de todo ese rol, de toda esa lista de personajes que han desfilado por las hojas que hemos leído, sino más bien los desconocidos, aquellos que pasan desapercibidos al gran público, pero no para ese ‘ojo que todo lo ve’ como es Gay Talese. Todas esas cosas las he apuntado en mi libreta, pero en resumidas cuentas no me he aburrido con su lectura.

Creo que el sueño americano muchas veces es eso ‘el sueño americano’, un recurso literario y musical muy bueno para vender, para contentar a los sueños de millones de personas, cuya quimera es tenerlo al alcance de las manos, y que está al alcance, valga la redundancia de unos pocos, si no que se lo pregunten a los yarderos de Texas, que trabajan de sol a sol recolectando toronjas por una miseria, a los miles de espaldas mojadas que intentan hacerse un hueco dentro de la sociedad americana, para normalizarse y legalizarse dentro de ese sistema tan ensalzado, tan glorificado, y que ha llevado a tantas personas a la muerte por buscarlo, que cierra las puertas a todo aquel que tiene la valentía de intentarlo, teniendo por presidente a un impresentable llamado Donald Trump, y muchas veces no son tenidos en cuenta porque no son deportistas famosos, ni boxeadores que han caído a los infiernos, ni cantantes güays, ni viven en ciudades que son la capital del mundo, y sus presidentes aunque son unos verdaderos haraganes no son portadas de periódicos, ni de entradillas en las noticias televisivas, porque su máximo mandamás dice las chorradas que una gran parte de ese país quiere escuchar.