Balzac y la joven costurera china
Dos palabras sobre la reeducación:
En la China roja, a finales del año 1968,
el Gran Timonel de la Revolución, el presidente Mao, lanzó cierto día una
campaña que iba a cambiar profundamente el país; las universidades fueron
cerradas y los “jóvenes intelectuales”, es decir, los que habían terminado sus
estudios secundarios, fueron enviados al campo para ser ‘reeducados por los campesinos pobres’. (Algunos años más tarde,
esa idea sin precedentes inspiró a otro líder revolucionario asiático, un
camboyano, que, más ambicioso y radical aún, mandó a toda la población de la
capital, tanto ancianos como jóvenes, “al campo”.)
Dos
claros ejemplos de terquedad y estupidez humana.
(Las
apostillas, como siempre son mías.)
Mao Zedong, máxima autoridad del Partido Comunista Chino, y de su República Popular.
Ficha técnica:
Título: ‘Balzac y la joven costurera china’
Título original: ‘Balzac et la Petite Tailleuse Chinouse
Traducción: Manuel Serrat Crespo
Idioma: Español
Editorial: Salamandra
Colección: Quinteto
Diseño de la cubierta: Opal
Págs. 268
Tapa blanda
ISBN: 84—7888-735-0
Argumento:
En un lugar perdido de las montañas del Fénix del Cielo, que está cercano a la
frontera tibetana dos jóvenes chinos son enviados a uno de sus pueblos (a cual
más pobre) para ser reeducados, ese maldito invento creado por Mao Zedong y su
gobierno a finales de los años sesenta para llevar a los descarriados por el
buen camino. Luo y el protagonista (Dai Sijie) cuenta esos sufridos años en
donde las condiciones de vida eran pésimas, con jefes de aldea tiránicos, y lo
que es peor, un futuro muy negro ante la perspectiva de poder volver algún día
a casa.
Cuando aparece una maleta cargada de
libros, (todos prohibidos) la situación cambia. Los jóvenes abren los ojos ante
las grandes novelas escritas por Balzac, Dumas, Stendhal o Romain Roland, (aquello que es despreciado por muchos
siempre es admirado por otros, esa gran pequeña mayoría que como ellos vive
escondida ‘en sus pensamientos’ en este amplio mundo) desde ese momento los
sufrimientos de la reeducación quedan de lado, pasando a un primer término la
poesía, los sentimientos y hasta las pasiones que como he comentado antes
vivían escondidas en su interior, saliendo ahora a luz con más fuerza que
nunca, sobre todo desde que aparece una bella ‘Sastrecilla’ que cambiará
por completo sus vidas. Este relato de carácter autobiográfico, nada ficcional,
tiene muchas posibilidades de encandilarte, como lo hizo conmigo y te hará
viajar a un país que no es tan mágico como parece llamado China.
Uno no puede controlarlo todo, porque
entonces pueden pasar cosas como estás que leemos en el libro, que desde el
punto de vista occidental pueden resultar graciosas, pero no lo son…
Luo y yo
nos sentíamos sofocados por su agitación, por su impaciencia, el deseo casi
físico que estaba en ellas. Ningún
régimen político, ninguna dificultad económica podía privarlas de ir bien
vestidas, un deseo tan antiguo como el mundo, tan antiguo como el instinto
maternal.
(pág.177)
Si alejas la
cultura del pueblo el tiro te puede salir por la culata, esto es el sentimiento
interior de todos aquellos que buscan una buena historia, un buen libro entre
las manos, ese escritor que te haga sentir todo eso que los libros del gobierno
no pueden, que con sus pamplinas intentar ‘corregir’ al pueblo a su manera:
Al contar
la historia, me sorprendió, incluso agradablemente, percibir con total claridad
el mecanismo del relato, el emplazamiento del tema de la venganza, los hilos
preparados por el novelista que, más tarde, se divertiría tirando de ellos, con
mano firme, hábil, audaz a menudo; era como contemplar un gran árbol arrancado,
extendiendo por el suelo la nobleza de su tronco, la anchura de sus ramas, la
desnudez de sus gruesas raíces.
(El protagonista describiendo como se sentía el padre de
la ‘Sastrecilla’ al escuchar la
narración de ‘El Conde de Montecristo’
págs. 181-182)
No quiero obligar a nadie a leer el libro por las últimas hojas, eso nunca lo haría, perdería todo su encanto, pero quiero antes
advertiros de una cosa, la frase digamos
que conclusiva del libro, aquella que pone punto y
final al mismo es de enmarcar.
Sobre el autor:
Dai Sijie
nació en Chengdu. Es un cineasta y novelista chino, que en la actualidad vive
en Francia. Sus obras más conocidas son entre otras: ‘Balzac y la pequeña
costurera china’ y ‘El complejo de Di’.
Sus padres al ser considerados unos
intelectuales, (eran médicos) fueron encarcelados durante la llamada “Revolución Cultural” de Mao Zedong,
(otro maravilloso culto a la
personalidad, digan lo que digan, como el de Stalin, tumba de muchísimos
pensadores e intelectuales de la época) siendo enviado, al igual que otros
miles de jóvenes chinos ‘burgueses’ a reeducarse a un pequeño pueblo de la
provincia de Sichuan, (para que adquiriese las costumbres que todo joven chino
debiera de tener. Yo prefiero llamarlo lavado
de cerebro para que se convirtiese en un artilugio del sistema, un
engranaje del complicado mecanismo chino) aprovechando esta triste experiencia
para escribir unos años después este relato que hoy voy a reseñar.
Durante sus estudios, concretamente los
realizados en la escuela de cine recibe una beca para estudiar en el
extranjero, para más tarde volver a recalar en su país donde trabaja en un
instituto provinciano hasta que el “Gran Líder Señor Mao” la casca, terminando así una parte de la historia de la ruina
cultural de un país que podía haber dado mucho más de sí, pero hoy seguimos
igual, líderes anticuados para pensamientos anticuados, perpetuándose la idea
de que la cultura es para beneficio y
uso del gobierno, nunca para el pueblo, donde cualquier tipo de pensamiento
está considerado un maldito revisionismo, pobre
cultura china…
Siguió estudiando, y escogió al vecino
país de Japón para tal fin, pero el gobierno, (que todo lo decide) prefiere
mandarlo a Francia, instalándose allí en 1984. Ha recibido entre otros el
Premio Literario Femina en el año 2003 por su novela ‘El complejo de Di’.
China siempre con sus misterios, secretos y sinrazones...
ResponderEliminarEn la China comunista también hubo grandes purgas Ritarbeyu.
ResponderEliminar