La luz que no puedes ver
Ficha
técnica:
Título: “La luz que no puedes ver” (Premio Pulitzer
2015)
Título original: “All the light we cannot see”
Autor: Anthony Doerr
Editorial: Suma de Letras
Penguin Random House Grupo Editorial
Diseño de la cubierta: Tal Goretsky
Getty Images / Manuel Clauzier, para las imágenes.
Traducción: Carmen Cáceres y Andrés Barba
ISBN: 978-84-8365-761-4
Págs. 658
Tapa: Blanda
En agosto de 1944 la histórica ciudad amurallada de
Saint-Malo, la joya más luminosa de la Costa Esmeralda de Bretaña (Francia),
quedó casi completamente destruida por el bombardeo. (…) De los 865 edificios
que había en el interior de las murallas solo quedaron en pie 182, todos
dañados en algún punto.
(Philip Beck)
Por lo tanto todo esto demuestra cómo es la
inutilidad de la guerra, las barbaridades
que se pueden hacer gracias
a la llamada estupidez humana
(Enhorabuena homo sapiens)
Todo esto era debido a que Dios hacía mucho tiempo que
había dejado de estar con ellos.
Ese cinturón oficial con la fresecita: “Gott mit uns”
(Dios con nosotros)
“Las coletillas son mías”.
“Sed leales”, cantan los chicos mientras marchan junto a
los límites de la colina. “Luchad con valor y morid riendo”.
(pág. 85)
Somos una descarga de balas, somos balas de cañón, somos
la punta de la espada.
(pág. 570)
Pobre junventud alemana, perdida para nada.
Para nosotros habría sido imposible tomar el poder o
hacer uso de él de la forma en la que lo hicimos sin la radio.
(Joseph Goebbels)
La imagen estaba sacada de soldadosdefortuna.blogspot.com, pero este blog ya no existe. (Siempre pongo de donde saco las imágenes para mis entradas...)
Esto es lo que me ha parecido su lectura:
Estaba
enfrascado en una de mis habituales lecturas cuando se acercó mi mujer y me
preguntó: ¿Qué lees? La respuesta fue clara y concisa. “Leviatán” de Paul
Auster. –Muy de tu estilo. ¿Qué te parece si cambias de género y te atreves con
este libro que estoy leyendo? Tengo el pleno convencimiento de que te va a
gustar. “Es una historia de superación personal…”, no te voy a decir
nada más.
Dicho y
hecho. Lo siento por los seguidores, por esas huestes austerianas que son
legión, (entre quienes me encuentro) pero decidí a hacer caso a mi esposa y
ponerme a leer una de las historias más bonitas que he leído en toda mi vida,
de las que yo suelo clasificar como “la novela perfecta”. Además es un relato
con personalidad, ya que tiene su propia historia personal, me explico.
Me encontraba
un día con unos buenos amigos tomando algo, y mientras esperábamos una de ellas
me preguntó que estaba leyendo en esos momentos, cuando le contesté comentando
sobre el argumento, la camarera se dio la vuelta y dijo: “Yo también lo estoy leyendo,
y es un libro maravilloso”. Mi madre y mi esposa dijeron lo mismo de él.
“Jamás te abandonaré, ni en un millón de años”.
(pág. 289)
Unos días más
tarde recibo un mensaje en el teléfono que dice; ‘he comprado el libro, es
buenísimo’. Así que cuando pienso que puedo decir sobre este extraordinario
libro no sé qué decir.
“El corazón, que al agitarse en los animales más
desarrollados aumenta sus pulsaciones y energía, en los caracoles, cuando son
sometidos a una excitación semejante, ralentiza sus movimientos”.
(pág. 393)
Una vez terminado el mismo diré que echaré de menos
a Marie-Laure, a sus largos silencios cargados de hermosos sonidos, a una vida
interior llena de belleza, inteligencia y ‘superación personal’, a un padre
que dedica su vida en ayudar a su hija, ciega a causa de una enfermedad, de esa
niñez perdida, de ese paso a la vida adulta de golpe y porrazo, todo ello
acompañado de una guerra, de una de las peores guerras habida jamás, de un
asedio, de una maldad, y de una vida a la que supo sacar el máximo provecho,
sin tener en cuenta su discapacidad, sin abusar de ella, del esfuerzo, de la
teoría del caracol, (para poder sobrevivir), de sacar provecho a una vida que
tiene que vivir a su manera, de una verdadera heroína de película hecha realidad,
moldeada a base de los golpes que te da “la puta vida, la puta discapacidad”, y
perdonarme esta malsonante expresión, pero por experiencia puedo decir que es
así realmente. Mi mujer, mi madre, la camarera del restaurante, mi amiga,
tienen y tendrán razón. Es una historia de superación personal, de una chica
valiente de los pies a la cabeza, un alma noble como pocos.
De nuevo sus dedos encuentran la muralla, el Bastion de
la Hollande y la pequeña escalera que baja. En esa ventana, justo allí pero en
la ciudad real, una mujer sacude las alfombras todos los sábados. Desde otra
ventana, justo aquí, en una ocasión un niño le gritó: “¡Mira por dónde andas!
¿Estás ciega o qué te pasa?”
(pág. 24)
La novela
también habla sobre su padre el cerrajero parísino Le Blanc, Ettiene tío abuelo
de la protagonista, otro héroe anónimo, “destrozado” mentalmente a consecuencia
de su participación en la I G.M., madame Manec, que la quiere con locura, del
joven e inteligentísimo soldado alemán Werner Pffening, (fichado por la fábrica
de nazis, la prometedora escuela de Schulpforta), que junto a Jutta su hermana,
son dos desahuciados de la vida, que intentan salir adelante como buenamente
pueden, y de tantos y tantos desgraciados donde el día a día se convierte en
una verdadera guerra particular y personal.
Los desastres
de la guerra, su violencia, las más bajas condiciones y comportamientos del
llamado ser humano, forman el conglomerado de este gran relato, único en su
género, merecedor sin ninguna duda del premio Pulitzer, ojalá algunos países
como es el mío fueran tomando nota y aprendiendo un poquito sobre el asunto.
A los 16 años solo se sabe lo de los 16, pero ¿se puede
tener un 16 feliz cumpleaños cuando todo el mundo se desgarra en una gran
guerra cruel?
Las apostillas son mías.
¿Sabéis cual es lo mejor de todo? El trasfondo, ese trasfondo donde aparece esa gran
aventura de Julio Verne como es “20.000 leguas de viaje submarino”,
un misterioso diamante llamado “El Mar de Llamas”, poseedor de dar
la vida eterna, pero al mismo tiempo traer grandes calamidades a todo aquel que
rodee a su propietario.
Marie-Laure lee “Veinte
mil leguas de viaje submarino (“…podría hacer largas trenzas con algas
marinas, unas esféricas y otras tubulares, lauenciae,
cladostephae, con su delgado
follaje…”) cerca de la puerta de la rue Cuvier, cuando un grupo de chicos se
acerca pisando las hojas.
(pág. 89)
Mientras
la tenga, el poseedor de la piedra vivirá para siempre. No puede rendirse.
Pero le pesan las manos. Siente la cabeza
como si fuera una roca.
(pág. 449)
Quien tuviera la piedra vivirá para siempre, pero caerían
todo tipo de desgracias sobre las personas a las que amara, una tras otra, como
en una lluvia incesante.
(pág. 534)
Sobre todo en
la historia, una radio, un transmisor como columna principal de la misma, que
da eje a todo el relato, y para los que un día sentimos en nuestra vida la
pasión de la radio, la pasión por la radio-escucha y radio-afición se agradece
este detalle tan bien contado. ¿Se puede pedir más…?
“Madame Labas anuncia que su hija está embarazada.
Monsieur Ferey manda saludos a sus primos de Saint-Vincent”.
(pág. 506)
La estática, siempre la estática.
¿Se podrá escuchar alguna emisión…?
Sobre el autor:
Anthony Doerr ha escrito los libros de relatos Memory Wall y The Sell Collector, las novelas About
Grace y La luz que no puedes ver,
finalista del National Book Award y que se ha convertido en un best-seller en
Estados Unidos, consiguiendo extraordinarias críticas. Las obras de Doerr han
logrado varios premios, entre ellos cuatro. O. Henry Prize, el Rome Prize, el
New York Public Library´s Young Lions Award, el National Magazine Award for
Fiction, tres Pushcart Prizes, dos Pacifici Norhtwest Book Award, tres Ohiana
Book Award, el 2010 Story Prize, considerado el más prestigioso premio de
Estados Unidos para un libro de relatos, y el Sunday Times EFG Short Story
Award, el mayor premio del mundo concedido a un único relato. En 2007, (esta
lista de premios es tan larga como la de los reyes godos españoles), la revista
literaria británica Granta incluyó a Doerr en su lista de “Los 21 mejores novelistas estadounidenses”. Vive en Boise, Idaho,
con su mujer y sus dos hijos.
(La Editorial)
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