Escape room
Dice una conocida canción que “la
vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!, y eso es lo que
me ha pasado hace unas horas cuando me he enterado de la noticia que corría por
algunos medios de comunicación, obligándome ha coger el teclado para hacer una
entrada en este silencioso blog que nadie lee, pero que, a mí, disgustos aparte
de vez en cuando me genera alguna satisfacción.
Escape room, extraña palabreja que traducida al cristiano
significa “habitación de escape”, menuda mierda, que consiste en salir en la
sala en la cual estamos encerrados mediante juegos de ingenio, puzles y enigmas
que deberemos resolver, hasta que encontremos ese maldito código de los cojones
que nos permita escapar, eso sí, hay un requisito indispensable, queda totalmente
prohibido tocar el coño a la Bernarda.
Toda esta grosería por mi parte viene a cuento por la
última barbaridad cometida por el ayuntamiento de turno que, escondiéndose bajo
falsos populismos, progresía de lo más chabacana, analfabetismo de primera
clase, propone utilizar la casa-museo de los Panero, en Astorga, como casa del
terror en Halloween (Jaloguín pa´ los cultos), donde se desarrollarán las
habituales cencerradas de turno, dígase pintacaras, escapadas y acertijos sin
botijo, habiendo otros lugares para hacerlo. Fantástico tíos, sois la hostia de
pensantes, políticos de cursileo y la chambonada, lugar de patanes, donde la idiocia
está a la vuelta de la esquina.
Cuando la cabeza no da para más, uno no sabe quién fue Leopoldo
Panero y da igual que haya sido uno de los poetas más laureados del
franquismo, fue un gran bardo y punto, (una de las voces líricas más importantes
de la posguerra), o su hijo Leopoldo María Panero, maldito entre
maldito, uno de los poetas más renovadores de los años 60, s., que ahora estará
vagando por Carnaby Street en busca de maravillosas locuras, un Peter Pan que
no quería salir de su locura, sino que pretendía que los demás entrásemos en
ella. El vate del ácido y del vómito debe estar revolviéndose en su tumba al
ver que quieren hacer con la familiar casa astorgana.
Tampoco debemos olvidarnos de su madre, la escritora Felicidad
Blanc, aunque a estos políticos “se las trae al pairo”, tampoco
deben saber quien fue Juan Luis, ni Michi Panero, aunque eso quizás se lo deban de preguntar
a otro poeta Luis Antonio de Villena, que lo aclara muy bien en su
obra “Lúcidos bordes de abismo”. Aclarar que la casa también alberga
el legado de otros célebres astorganos, como José M. Luengo (arqueólogo),
Ricardo Gullón (crítico literario), sin olvidarnos de los correspondientes
libros, manuscritos, partituras, fondos audiovisuales…en fin, la ignorancia
llevada al grado sumo.
Como hoy me he levantado con ganas de polémica y de tocar los corindones, voy ha decir una cosa, si esto lo hicieran en la casa-museo de un conocido futbolista, en los locales de un famoso estadio del `puto furbo’ impidiendo o dificultando la celebración del correspondiente partido, toda la ciudad hubiera salido en manifestación, protestando por la idea del idiota de turno, así que volviendo al comienzo de la entrada y de esa conocida canción creo que la solución está bien clara, sacar del bolsillo esa 38, un Smith & Wesson especial de bolsillo que todos llevamos dentro para librarnos de todo mal... (simbólicamente hablando), porque creo que ha estas alturas de la vida es la única manera en que más de uno adquiera, sino que no pierda la poca cordura que tiene, pero creo que ya no tenemos remedio.
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