El mensaje de Pandora




El mensaje de Pandora – (Javier Sierra)

 

Largo de café: Las extrañas y recordadas teorías.


 

Una carta muy familiar


 

Revisada: 27 marzo de 2025

 

“Como es arriba es abajo”

(Principio del dios griego Hermes Trimegistro)

     

  Al cumplir los dieciocho años Arys recibe una carta de su tía favorita en un paquete envuelto en papel de estraza, donde le recuerda unas vacaciones que pasaron en época vacacional por el sur de Europa, aprendiendo muchas cosas juntas. A partir de este momento se va desgranando una historia y unas enseñanzas que Pandora, la particular tía desmenuza ante (supongo) la atenta mirada de su sobrina, que va absorbiendo todo el conocimiento transmitido de forma epistolar.

   Una persona a lo largo de su vida va manteniendo esas relaciones de amor-odio que en un momento dado desequilibran la balanza de un lado u otro. Sales de noche y no sabes decidirte si coger una buena trincando JB o Ballantines a dolor, otros sin embargo tienen las ideas más claras como nuestro amigo Bond, James Bond con su Dry Martini, diciendo esa famosa frase de “agitado no mezclado”, mientras que Javier Sierra mezcla y agita al mismo tiempo, queriendo hacernos comulgar con ruedas de molino pese a quien pese, como ese otro escritor amigo de un tal Eliseo, que sigue erre que erre con sus particulares ideas.

¿Cómo es posible que nuestras más antiguas formas de vida sean ya organismos complejos?

  Teorizar sobre muchas cosas, teorizar sobre la nada y el todo, página a página vemos todo el muestrario de ideas, paradigmas, chorradas, hipótesis y suposiciones dentro del mundo científico, muchas de ellas inverosímiles, así que…yo tampoco me creo las posibles lluvias de virus alienígenas’ sobre la Tierra y que muchos científicos están pendientes de las mismas para ver que nos ocurre. El culto a los meteoritos, que si el obelisco de ‘Chunchín—pepé’ es idéntico al obelisco de ‘Chunchín-papá’, y que distan entre ellos miles de kilómetros, construidos con tropecientos cincuenta años de diferencia, pues vale, algo tendrán en común, uno ve lo quiere ver y cree lo que le venga en gana.


Gobekli Tepe muestra la caída de un meteorito provocando según los entendidos una mini edad de hielo, y esto ocurrió hace aproximadamente la friolera de 12.000 años.

  La Covid-19 no viene provocado ni por seres de otros mundos ni por tormentas lejanas de nuestra galaxia, ni enviadas por seres de ignotos mundos para ver como reaccionamos ante la misma. Además pienso que la Edad Media las personas eran más inteligentes que nosotros, por tanto vuelvo a repetir que la Covid no es ningún mal enviado del cielo, y que tampoco padezco eso que llaman “provincianismo científico”. Ahora bien, en una cosa tiene razón: “Siempre que un dogma cae un nuevo mundo se levanta”, y para finalizar vuelvo a repetir algo que he escrito unas líneas más arriba; “uno ve lo que quiere ver”, por tanto uno relaciona también las cosas como le parece por muy extravagantes que sean, así que buscar parecidos entre el arca del pacto de Yahvé y la caja de Pandora me parece una somera estupidez, como otras muchas que aparecen en el sin sentido que ha tenido la lectura de este libro.

Post scriptum:

  Sé que alguno me odiará por estas letras, por verter mi opinión sobre la lectura, pero pienso que debo ser sincero, transcribiendo literalmente lo que ha transmitido aquello que estaba escrito en el mismo.

  Flojo, tostón, aburrido, oportunista y malo, malo de solemnidad, sin entender que pretende el autor, de los más insufrible que he leído en mucho tiempo, tedioso a más no poder (empatado con Nog). En resumidas cuentas, un libro que se va desinflando página a página, extraño y aburrido, te aturde, horroroso e incluso pedante, unos personajes nada creíbles con conocimientos increíbles, no sigo porque…

“Yo, Pandora, soy la portadora de un mal que desciende desde el cielo a los hombres”.

Summarium – (Al día de hoy)

  Quattuor annis post (cuatro años después) he vuelto a releer a este autor, y sigo sin comprender ni sus ideas ni sus criterios de bombardeo vírico desde el exterior, con esas teorías sobre otras extrañas y lejanas vidas, que nos observan desde otros mundos lejanos a nuestra galaxia, aunque sean seres microscópicos no me creo que puedan interferir en nuestras infelices vidas.

“(…) que los antiguos mitos esconden la clava para comprender el origen de la vida, las enfermedades e incluso nuestro futuro”.

  Creo que en ocasiones nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino, y no pienso -por muy postulado y demostrado que esté- que virus externos nos bombardeen, afectando a los seres vivos (algunos) del planeta, en especial esta maltrecha raza humana, un experimento que ha salido mal… “Cosas veredes, amigo Sancho”.

P.D. – Al terminar esta tediosa y cansina lectura me he acordado de un relato de ‘Crónicas marcianas’, el titulado ‘Los largos años', donde se nos narra la vida de la familia Hataway y su desgraciada muerte en las lejanas tierras de Marte.

  -Las cuatro cruces están allí, señor. Se pueden leer los nombres. Los he apuntado para estar seguro -Williamson leyó en un papel blanco-: «Alice, Marguerite, Susan y John Hathaway. Muertos a causa de un virus desconocido. Julio de dos mil siete». (1)

(1) Viendo esto pueden pasar dos cosas, sin que esto que voy a escribir me pueda contradecir. A lo mejor puede que tengan razón, pero también puede ser posible que hayan pensado lo mismo. Eso lo dejo a tu libre elección.



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