La jungla: Los comienzos del realismo socialista


"Todo esto no es más que puro teatro: Simples tablas y una lectura de cartón. Pero los mataderos que se encuentran detrás, ésos sí que son reales".
Kurt Vonnegut (Matadero 5)
Frase tomada de 'Tambores en la noche' de Bertolt Brecht


Secuelas del Club de Lectura Pumarín-Gijón Sur: (1)

   No vamos a descubrir a estar alturas de la vida al gran escritor americano Upton Sinclair, (como diría Manolito Gafotas - conocido en el 'mundo mundial' por las archiconocidas aventuras de Lanny Budd) socialista de pro y combatiente aguerrido del capitalismo americano, perteneciente a la escuela realista de Chicago, que nos ha dejado un montón de obras para la posteridad.

   Mucha crítica política, mucha lucha social, que se pueden ver y leer en novelas como 'La jungla' (1905) Escritor documentado como pocos, (algunos no lo ven así) realista a grado cabal, narró verdades como puños, llegando a ser uno de los autores más leídos del mundo, pero también odiado, en especial por una parte de sus compatriotas que lo veían como un antiamericano, (seguro que si muchos de ellos vivieran en las condiciones de los protagonistas de esta dura historia... no pensarían lo mismo, y se pasarían el americanismo por el forro) por lo que la gran USA no quedaba muy bien retratada en muchas ocasiones, pero mostraba al público la más pura de las realidades. Unos narraban la gloria de una nación, mientras que otros como Upton Sinclair mostraban lo que se cocía en las cocinas del interior de un país llamado Estados Unidos de Norteamérica, (hay que coger aire para decirlo todo de golpe) un nombre que sonaba muy bien y que se vendía mejor cara al exterior, haciendo que riadas de personas acudiesen a sus costas en busca de una vida mejor, el gran sueño americano que estaba al alcance de sus manos.


¿Qué sería de esta América de Trump si la pluma de Sinclair tuviese vida? No dejaría títere con cabeza, eso sí que lo tengo claro.

   'La jungla' sacó ampollas, a otros revoltura de estómago y vómitos, dio a conocer el submundo, las trapacerías que efectuaban los propietarios de los mataderos de Chicago, donde relataba las condiciones inhumanas de unos pobres hombres y mujeres, que acudían, llegaban en masa al Nuevo Mundo y en especial a las puertas de sus fábricas, haciendo colas eternas, en unas condiciones climáticas muy adversas en busca de un trabajo, para mejorar así sus condiciones de vida, todo eso a cambio de un trabajo esclavizador y unos sueldos de miseria, encontrándose con la llegada a estas tierras con una cruda realidad, habían retrocedido seis pasos hacia atrás con sus antiguas formas de vida, un extenuante camino, donde dejaron lo más preciado, sus costumbres, sus culturas, sus tierras, para 'meterse una gran hostia en la cara', porque en su querido país estaban mejor.

   Luchas sindicales, investigaciones federales, y la 'Pure Food Legislation' (1906) para evitar que se comiera 'mierda' en vez de carne, y un protagonista Jurgis Rudkus que no tiene desperdicio.


   Pienso que un autor debe vivir en su tiempo, y contar las cosas que pasan en su tiempo, Upton Sinclair no tiene pelos en la lengua, y las instituciones americanas no quedan muy bien paradas. Chicago ciudad sin ley, ciudad donde reina el más fuerte, el más poderoso, y si se me permite la expresión, porque la historia de Sinclair si lo permite y da para ello, Chicago es una ciudad donde unos 'cuantos hijos de puta' que solo buscan el máximo beneficio, sin importarles para nada las vidas humanas que puedan llevarse por delante hacen de su capa un sayo. Es una oda al gran capitalismo, a ese renombrado y musical capitalismo, a ese beneficio donde solo se llevan las ganancias unos pocos gracias a la sangre de muchos, un lugar donde los verdaderos derechos no existen, la libertad no existe, el resto... tampoco existe.

Post Scriptum:

   Malditos mataderos, maldita inmigración y malditos todos... así nacen los países, así se crean las grandes corporaciones, así se hace el dinero, esas ganancias a espuertas que tanto gustan a los ricos. Sinclair era claro, ¿cómo no iba a ser odiado mostrando a todo el mundo como se pelaban las patatas? y eso para más de uno no era apropiado.

   Una lucha por la supervivencia, una lucha por mantener un miserable trabajo que en cualquier momento te pueden mandar a la calle, y una hipoteca que les trae de cabeza a toda la familia Rudkus. ¿Hemos avanzado algo en estos últimos años? Vosotros mismos podéis contestaros.



Ultílogo:

   Comentaros que este libro publicado por la Editorial Capitán Swing allá por el 2012 tiene una buenísima presentación a cargo de César de Vicente, donde nos pone en situación para leer esta cruda historia, y a la portada del mismo no hay que ponerle ninguna pega, (y mira que muchas veces las editoriales no atinan al respecto) pero en este caso se llevan la palma es perfecta, atrayendo al lector desde kilómetros, por lo menos para mi gusto.


Que tengáis unas felices vacaciones y mejores lecturas...




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