Una cuestión personal
“Sentí abnegación por Kenzaburo Oé cuando supe de su abnegada entrega a la recuperación de su hijo enfermo hasta integrarlo al mundo creativamente, lo que le permitió a él mismo comprender el lugar supremo que los inocentes desempeñan en nuestra vida, como lo revela “Una cuestión personal”…
(Ernesto Sábato)
Ficha
técnica:
Título: “Una cuestión personal”
Título original: “Kojinteki na taiken” (1964)
Autor: Kenzaburo Oé
Editorial: Anagrama (1989)
Editorial de la edición leída: Planeta DeAgostini
(2003)
El ejemplar vino acompañado con la edición de un
periódico.
Comentario sobre el libro: Ernesto Sábato
Como Apollinaire, mi hijo fue herido en un campo de
batalla oscuro y silencioso que no conozco, y ha llegado con la cabeza vendada.
Tendré que enterrarlo como a un soldado muerto en combate.
Bird continuó llorando.
(pág. 37)
Normalmente
en la mayoría de las historias el autor nos va desnudando al personaje según va
transcurriendo nuestra lectura, pero en este caso sucede todo lo contrario,
Kenzaburo hace que los protagonistas se desnuden ante nosotros mostrando todas
sus miserias, todas sus particularidades que los definen desde un principio,
mostrándose tal como son, en un mundo de temores interiores e inseguridades.
Un relato en
donde un hombre poseído por el alcohol, (no voy a desvelar nada más) que
responde al nombre de Bird, y una mujer, Himiko que va en busca del orgasmo
perfecto, no parece que llame mucho la atención, ya que puedes pensar en: Otra
historia con más de lo mismo, pues no, no es más de lo mismo. Es diferente,
atrayente, ya que estás esperando el momento en que te preguntas: ¿Hasta dónde
van a llegar estos dos…?
Kenzaburo nos
lleva a su mundo, un extraño mundo que introduce a sus protagonistas en una
espiral que nunca parece tener fin, y que tanto a Himiko como a Bird les
importa un bledo el destino que están tomando sus vidas, porque son unas
personas con unos sueños por cumplir, con unos sueños incumplidos que les
llevan a la desgana de la vida, a estrellarse contra un muro sin remedio.
Al final,
cuando los dos protagonistas se encuentran con un conocido de ambos, muy amigo
de Bird en el pasado, (no voy a comentar su nombre) la novela da un giro
inesperado, provocando que cada uno de ellos (Bird e Himiko) den un giro a su
“estúpida” existencia, a su desastroso “deambular” por el mundo. Una vuelta de
tuerca, que harán conforme a lo que ellos desean hacer en sus vidas, cada uno
según sus sueños, cada uno según sus circunstancias, debido a que han visto no
solo su desnudez, sino también sus valores, que como todos vosotros sabéis son
jerárquicos, y por tanto los ponemos en el orden que cada uno cree conveniente
a sus ideas y educación.
En fin, una
bonita historia de fácil lectura, de esas que se leen de un tirón y merece la
pena tenerla en la estantería, siempre a mano para hacer una buena relectura.
Acuarela de Koukei Kojima
Socialización, maravillosa palabra.
ResponderEliminarHay mucho por hacer, ya que muchas personas están sin socializar, y no admiten en nuestra cultura a las personas con discapacidad en especial la intelectual.
EliminarNos acerca a otro tipo de sensibilidades...
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