Al otro lado del tiempo.
Título: “Al otro lado del tiempo”
Título
original: The other side of time”
Autor: Keith Laumer
Tema: “Aventuras, Ciencia Ficción (Space
Opera)”
Editorial: Ferma
Colección: “Infinitum”
Traducción: Elena
García
Portada: Enrich
Publicación: 1966
Págs. 216
Depósito
Legal: B-31.124-1967
Nº
Registro: 5-461-1966
Encuadernación: Tapa blanda
Lengua: Castellano
Precio: 35 pts. (de la época)
Una joya de libro, comprado por muy
poquitos euros en un mercadillo, para ayudar a una asociación ante los recortes
efectuados por el gobierno en estos tiempos de crisis. Me he encontrado con
este librito que me ha resultado muy grato leer.
Casi siempre solemos recordar a las personas
por sus últimas etapas en la vida, obviando lo que hicieron tiempo atrás. Esta
introducción viene a cuento porque es lo que le ha sucedido al autor del libro.
Piloto de caza, diplomático, buen escritor de ciencia ficción…, pero a raíz de
un accidente, que lo cambió física y mentalmente su carácter se agrió, vamos
que tenía “mala hostia” (si hablamos claro nos entenderemos mejor), haciendo la
vida un poco imposible a las personas de su alrededor, a los que le rodeaban,
olvidándonos por completo de todo aquello que hizo antes de ese “incidente” que
le cambió la vida a él y los demás seres queridos.
En
este escritor noto dos etapas muy claras en su vida, y no lo digo por lo que
escribió después de su accidente que era de peor calidad, algo a lo que tenemos
que darle su mérito por el esfuerzo realizado en el mismo, ya que debemos de
tener en cuenta su situación física, sino que en esta serie de novelas en
especial su primera etapa, vemos todas las características propias de las “space
opera”, que triunfaban en ese momento entre el gran público. Una de estas
historias “Al otro lado del tiempo” corresponde a este periodo. La
segunda digamos que es una ciencia ficción más mejorada, yo diría una space
opera remodelada, y si me perdonáis la
expresión sin tanto adulterio, por que los lectores iban teniendo otro tipo de
gustos, un claro ejemplo de esto se puede ver en “El largo crepúsculo”
que ya ha sido comentado aquí, en una de las entradas pasadas.
“Estamos acostumbrados a creer que
lo sabemos todo. Hay una poderosa tendencia a dudar de todo lo que no encaje
con las ideas preconcebidas”
(pág.98)
Argumento:
El
hombre ígneo es el primer contacto que tiene Bayard con seres de mundos allende
de su línea de origen en el universo… Después, conoce a los Hagroon, caníbales,
invasores brutales que pretenden destruir el Imperio. Y a Dzok, poseedor, como
sus congéneres, de fantásticos conocimientos científicos. Más tarde aparecerá
Olivia, la bruja confinada en un universo atrasado, soñando en otros cosmos
presentidos…
Desplazado
de una realidad a otra, el coronel Brion Bayard debe regresar del tiempo nulo,
de la otra parte del tiempo para evitar el cataclismo de su mundo combinando
pasado, presente y futuro… Es imposible preverlo todo, y mucho menos la posible
amenaza de tener como adversario a otro coronel Brion Bayard de increíble parecido
con sí mismo.
Ad
rem (al grano): El personaje principal, nuestro héroe, el gran protagonista
Brion Bayard, que lo sacrifica todo para salvar a la humanidad de su
destrucción. Es una especie de aventurero, un hombre que poco a poco va
descubriendo que aparte de sus cualidades, posee otras muy importantes que el
mismo va se va encontrando, a medida que el autor del libro le va metiendo en
apuros, algunos de ellos a cual más complicado. Llama la atención el lenguaje usado por el
mismo, típico de un intrépido hombre valiente, duro, que le viene como anillo
al dedo, he aquí unos claros ejemplos.
“Notando en el cogote esa sensación que siempre me anunciaba
problemas importantes e inminentes”.
“Batí el récord de carreras pedestres para llegar junto a él (se
refiere al teléfono), levanté el instrumento…
“Noté de nuevo crispación en mi muñeca…,-sensación suave,
confortante-, apretado contra mi palma”.
El libro está plagado de tópicos,
para mí muy americanos porque supongo que estaba pensado para ese mercado y no
el europeo, donde estas frases tan hechas y manidas serían de otro estilo.
“Utilicé el viejo zapato de tenis que
alguien había dejado en mi boca en lugar de la lengua, lo froté contra los
labios resecos, hice uno de esos esfuerzos que otras circunstancias dieron a
ganar a tipos más afortunados que yo la Medalla del Congreso, y me incorporé…”
“El olor a quemado había desaparecido
como la raya de unos pantalones de cuatro dólares”.
“Me dirigí hacia la puerta como el
hombre que va andando a la tienda de pompas fúnebres para ahorrarse el importe
de su último viaje en taxi”.
Universos
imaginarios, personajes extraños atrapados en mundos diferentes al nuestro.
Laumer ha tenido una gran idea, no en crear una máquina del tiempo sino algo
mejor, un fenómeno científico que mediante los instrumentos adecuados se
viajará en el tiempo, pero también a espacios o mundos transversales, laterales,
que también están atrapados en un tiempo pasado/futuro, donde habitan
alienígenas o personajes un poco estrambóticos. Mucha tecnología, un argot
lleno de tecnicismos (demasiados para mi gusto) y una gran idea, una muy buena
idea que diferencia este libro de otro que pudiera ser similar, “La máquina del tiempo” de H.G. Wells.
La diferencia estriba en lo siguiente:
“Un visitante del pasado podía modificar el futuro previamente
visto, eliminándolo de la existencia”.
Cuando
describe los vehículos de desplazamiento, la tecnología utilizada por los
mismos, cualquier tipo de tecnicismo, se nota su experiencia militar y que ha
pilotado aviones.
Su
obsesión por las medidas y su exactitud. Yardas, pulgadas, millas, muy pocas
veces utiliza las estándar europeas, no se sí es un “problema” del autor o de
la propia traducción. También hay algunas expresiones que ya no usamos, como por
ejemplo “decíase”, “habíase”, “veíase”, “habiendo”, “socarrada”, “garrapateé”,
“chacharreando”, ”hete aquí”, etc. Estaba situado a tres metros y medio…,
quince centímetros y medidas así por el estilo.
“…recorrí otros treinta centímetros en dirección hacia la
escalera”.
Aprovecha
la historia para hacer críticas tanto de la burocracia, como del propio ser
humano, de nuestros resentimientos.
“En ciertas…características raciales. Se os considera feroces,
implacables, competidores, amantes de la violencia…”
“Ya estamos familiarizados con vuestro récord de criminal
mutilación”.
“Somos una raza feroz. Pero acaso sea ley de la naturaleza que nos
creó…”.
“-Esto si que es actuar con rapidez, dije-. Temía tener que pasar
una semana rellenando impresos y luego vivir angustiado pendiente del
calendario”.
Personalmente
me hubiera gustado que la bruja Olivia tuviera más cancha, pero es cada autor
quien debe decidir la vida que le da a cada personaje, a lo mejor la estancia
de Bayard en ese mundo tendría más “vidilla”, y no nos perderíamos con tanto
tecnicismo, aunque pienso que en aquella época sería lo más apropiado, y un
lector como yo con cincuenta años de retraso en su lectura lo veo desde el
punto de vista de mi época.
Volviendo a la traducción, el uso de
verbos un poco complicados: Gorgotear, gluglutear, gorgojear, borbollar,
buchada, parece que estamos en una sesión academicista.
“¿Por qué a los sajones les gusta tan poco el ajo? “Empujé
la puerta penetrando en un vestíbulo estrecho que olía a ajo, queso, miseria y otras cosas menos
agradables”.
Más expresiones con términos gastronómicos:
“Nos alejamos caminando en medio de un silencio que podía cortarse con un
cuchillo para mantequilla”.
Mención aparte para otro de los grandes
protagonistas Dzok. No quiero contaros nada de él, porque si un día el libro
cae en vuestras manos como me ha sucedido a mí os podía estropear la historia,
será mucho mejor que lo descubras por ti mismo.
Y un final de finales, propio de las
“space opera”, el que se merece un héroe como Bayard, ese “Llanero
Solitario” de los viajes hacia mundos laterales. Ese final ansiado donde
los buenos son muy buenos y se lo merecen todo, y los malos tal como pensáis,
también son muy malos, teniendo ese final merecido a su malvada condición, y
esta no es una frase hecha, me ha salido tal que así.
P.D. – En esta entrada no se ha mencionado para
nada ningún tipo de jabón en pastillas. (No cabrearos conmigo, se de sobras que
el chiste es muy malo)
Comentarios
Publicar un comentario