Aquel gran río Eufrates (Aquele grande rio Eufrates )
Regresso
Nao, nao
mereço esta hora
eu que
todo o dia fui habitado por tantas vozes
que
exerci o comércio nun mercado de palabras.
Nao
mereço este frio este cheiro tudo isto
tao
antigo como os meus olhos
talvez
mesmo mais antigo que os meus olhos.
No, no merezco esta hora
yo que todo el día fui habitado por tantas voces
que ejercía el comercio en el mercado de palabras.
No merezco este frío, este olor, todo esto…
Tan antiguo como mis ojos
Quizás incluso más antiguo que mis ojos.
Ficha técnica:
Título Original: ‘Aquele
grande rio Eufrates’
Título en español: ‘Aquel gran
río Eufrates’
Autor: Ruy Belo
Nacionalidad: Portuguesa
Idioma del libro: Portugués
Obra poética de Ruy Belo
Introducción: José Tolentino
Mendonça
Editorial: Presença (Lisboa
1996)
Área Ibérica
Coordinador de la colección:
Nuno Júdice
Portada/Capa del libro: Paulo
Scavullo
‘La claridad y sinceridad de un poeta’, así calificaría yo a este hombre que habla y
escribe con honestidad desde el principio, explicando y esclareciendo las cosas
desde la primera línea. “Todos mudamos”,
(es decir, todos cambiamos), yo no pienso igual que hace diez años, como le
ocurre (ocurrió) a Ruy Belo en su tiempo. Su confianza, esa fe en Dios que
tanto tenía se vio mermada por momentos, debido a esas calamidades de la vida
que debilitan tu fe en Dios, y eso fue lo que pasó a Ruy Belo y que muy bien se
explica en la introducción de este poemario.
Hay
que tener en cuenta que el contexto histórico, el marco en el cual tuvo que
vivir no fue fácil, más aún cuando uno ve tambalear sus convicciones, o ver cómo
se caen del altar organizaciones y personas que tienes en alta estima.
(Recordemos que él ya había abandonado el Opus Dei en 1961, por tanto ya tenía
sus dudas.)
En Portugal el régimen dictatorial de Salazar daba sus últimos coletazos, (aunque seguía haciendo de las
suyas) pero al igual que un animal acorralado se resistía a morir, como sus
instituciones, (entre las que se incluía su amada Iglesia, muy al tanto de no
perder sus privilegios de siempre) que no firmó, ni quiso hacerlo por una
apertura de libertades en el manifiesto de turno. Algo que exigía valentía, y
los clérigos de la época no supieron estar en su sitio en un momento histórico
tan importante. Si así lo hubieran hecho muchas cosas podrían haber cambiado,
pero la historia siempre se repite de la misma manera. (Unos cuantos
intelectuales valientes así lo hicieron, tomando la iniciativa, sabiendo cuál
era su sitio, y Ruy Belo fue uno de ellos.)
Otro punto en contra que favoreció su pesimismo
frente a la religión tuvo que ver con el poco acercamiento, por no decir
ninguno que los sacerdotes de barrio, la base de una fe, no tuvieran esa
proximidad con el pueblo, ese trato de tú a tú que pedían a gritos, no les
interesó ningún ápice la apertura que solicitaban los creyentes portugueses
hacia las nuevas ideas/doctrinas que circulaban por la iglesia, esa renovación
sanguínea que tanta falta hacía, y que ya “rondaba” con buenos resultados por
otros países. Además el alto clero, con
poder dentro del régimen “salazarista” se negaban a perder
sus privilegios, lo que hizo mella en nuestro poeta.
Después vino su pequeño exilio en Madrid, pero para él
alejarse de Portugal era un verdadero martirio, un calvario produciendo unas
grietas en su vida que resultaron insalvables.
En
esta edición que he leído (revisada) se pueden apreciar los cambios efectuados
respecto a la primera, como que el nombre de Dios aparece muchas veces en
minúsculas, obviando la D grande, como para quitarle valor al nombre, echándole
la culpa de algo que todavía yo no he logrado comprender del todo. Sus poemas
me transmiten una eterna agonía, entre vivir con Dios pero sin dios, (hablando
en plata un auténtico sin vivir, un sufrimiento de puñetas) como alejarse de un
Dios que por mucho que lo intentemos abandonar, Él sigue a nuestra vera, que no
nos olvida, y está ahí para ayudarnos… ¿Se puede vivir con semejante amargura y
dolor?
La obsesión por palabras como lluvia, nube, playa, olas, surcos/senderos,
la muerte. Esas olas del mar que vienen a morirse a la orilla de la playa, los
carros haciendo surcos en el camino con sus ruedas, seguir tras unos pasos que
pueden ser borrados.
Al final no sé si ha perdido la fe y quiere recuperarla, o que
la fama llama a su puerta y no quiere saber nada de ella. Está en una
contradicción constante, un ‘contigo pero sin ti’, renegar de
una fe que antes era fuerte, pero por si acaso quiere tenerla a su lado…tal vez
haya algo más después de la muerte, quien sabe mejor asegurarse.
E o sexto anjo derramou a sua taça sobre
aquele grande rio Eufrates…
Y el sexto ángel derramó su copa
Sobre aquel gran río Eufrates…
Apocalipsis (Revelación) 16:12
Poema do burgués na Praia
Há maos de mae sobre a seara
que ás tres da tarde ondula no seu
gesto.
Já tudo tem um rosto
e o amor de que ele gasta resto.
O mar faz-lhe lembrar um cego
horizontal
De olhar embaciado.
Veio
de Lisboa para o seu pasado
está de acordó com tudo.
Poema del burgués en la playa
Hay manos de madre sobre la mies / en
la mies
que a las tres de la tarde se ondula
en su gesto.
Todo tiene una cara
y el amor de que él gasta resto.
El mar le recuerda a un ciego
de mirada empañada.
Viene de Lisboa para ver su pasado
está de acuerdo con todo.
Para finalizar me gustaría terminar con algunas preguntas.
Hacía tiempo que no las hacía y no quiero perder la costumbre, y es por pura
curiosidad. ¿Conseguisteis atravesar vuestro río Eufrates, o simplemente lo
habéis encontrado?
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