El nombre de la rosa
La portada es cortesía de editorial Lumen
Ficha
técnica:
Título: “El nombre de la rosa”.
Título original: “Il nome della rosa”.
Título provisional del autor: “La abadía del
delito.”
Título soñado por el autor: “Adso de Melk.”
Fecha de publicación: 1980
Traductor: Ricardo Potchtar Brofman
Págs. 389
Lectura: Ebook (www.eBooket.com)
Argumento:
El libro está inspirado en el monasterio de Sacra di San Michele, debido a sus leyendas. Su camino era por el que llegaban a la
abadía los dos principales protagonistas de la historia, el fraile Guillermo de
Baskerville (franciscano,) y el novicio Adso de Melk (benedictino), con lo que
se crea una curiosa combinación, que a mi particularmente me animó más en la
lectura. (Me explico: debido al “morbo” existente entre ambas reglas,) yo me
callo sobre cuáles son mis gustos particulares.
El S. XV dio para mucho, por ejemplo para recrear
esta novela histórica y de misterio, en una época bastante tumultuosa en
sentido religioso, donde todos querían tener la verdad, sin olvidarnos del
ámbito político.
Nuestros dos protagonistas llegan a un famoso
monasterio, donde de forma misteriosa están muriendo frailes (se cree que
asesinados,) y el Abad aprovechado la
visita de estos personajes, le pide a fray Guillermo que investigue los
crímenes que se están produciendo en la abadía, pero poniéndole una única condición,
tiene campo libre para todo, menos para una cosa, visitar la biblioteca, pues
no debe de hacerlo bajo ningún pretexto, aunque sea para solucionar el “problema”
que se les viene encima.
Fray Guillermo se pone manos a la obra, ayudado por
el fiel novicio Adso, utilizando toda su materia gris (muy al estilo de
Sherlock Holmes) para encontrar cual es el problema, y lo más importante de
todo, quien es el asesino, porque en esa abadía benedictina perdida de los
Apeninos Ligures, no se puede dormir tranquilo, ya que cualquiera de sus
apacibles habitantes pudiera ser el siguiente en morir, lo que llena de temor a
los mismos, dando a entender de que todos son enemigos de todos.
Toda la obra también está envuelta en la crisis religiosa
del S.XIV, debido a la polémica surgida entre los franciscanos espirituales y
el Sumo Pontífice, acompañados como no de los dominicos, (la dichosa pobreza de
los demonios que debe de envolver a la iglesia…)
Algo importante que destacar sobre la novela en sí,
es que el autor pone en boca de los protagonistas multitud de citas de autores
medievales, (que a veces pudieran cansar al lector.) Ecco actúa de esta manera
porque pertenecía al Gruppo 63, que iba en pos de nuevas
formas lingüísticas, que cambiaran las
formas literarias, intentando romper esquemas que imperaban en esos momentos.
¿Sabéis lo mejor de esta novela? Que a pesar de su
lectura, no me negaréis que por momentos es difícil y pesada, tuvo un gran éxito popular. Por lo tanto se demuestra la
teoría de que normalmente “es el libro
quien llama al lector”.
A modo de anécdota, voy a empezar con unas palabras
de Umberto Ecco sobre este libro, que casualidad, son parecidas a otro texto
que leí a continuación de este, (y del cual ya hice la reseña) y el autor se
expresa de forma parecida:
En un clima mental de gran excitación leí, fascinado, la terrible historia
de Adso de Melk, y tanto me atrapó que casi de un tirón la traduje en varios
cuadernos de gran formato procedentes de la “Papeterie Joseph Gibert”, aquellos
en los que tan agradable es escribir con una pluma blanda…
Y de repente me acordé de “La noche del oráculo” de Paul Auster, en donde dos de los
protagonistas Sidney Orr y John Trauser, escriben de una forma casi adictiva en
unos cuadernos portugueses de color azul, comprados en la tienda de un
misterioso chino apellidado Chang, que pone a su negocio de papelería el
sugestivo nombre de “El Palacio de
Papel”.
La foto corresponde a biblioteca de la Universidad de Coimbra (Portugal)
La abadía en
donde se desenvuelve la trama, es famosa por su biblioteca, admirada en muchas
partes del orbe, que como cabe de esperar es de difícil acceso, por tanto el
lector deduce que en ella hay una información que no debe de salir a la luz, que
no puede estar al alcance de todos, y tanto el Abad como el bibliotecario se
encargan de que así sea.
Se van
sucediendo una serie de muertes que los monjes creen que es debida a la maldición
del Apocalipsis de Juan, Jorge de Burgos, uno de los frailes más ancianos, pone
de su parte para atemorizar a sus compañeros, convenciéndoles de que el fin
está cerca. Guillermo y Adso se pasan por alto todas las normas de la abadía, y
descubren que todas las muertes son debidas o están relacionadas con un libro
envenenado, un libro que parecía perdido, pero del cual hay una copia en la
abadía, (La Poética de Aristóteles.)
La novela
está narrada por uno de sus protagonistas Adso de Melk, (como si fuera un
doctor Watson comentando las aventuras pasadas con su viejo amigo Holmes,) cuando
era discípulo de Guillermo de Baskerville, que a lo largo de la lectura me
recordaba a un personaje más reciente, que muchos de vosotros conocéis, a la
hermana Ottavia Salina, la monja creada por Matilde Asensi para sus exitosas
novelas sobre “El Catón”, porque pecaba de orgullo, además de la soberbia,
debido a su gran inteligencia, y en otras pocas al padre Brown de G.K. Chesterton y no por su
candor.
Si queréis
saber el final y como termina, pues eso es fácil, una buena lectura del mismo te
sacará de toda duda, y una cosa más, a pesar de sus pequeños defectillos, es un
gran libro, una buena novela que no se debe pasar por alto, y un texto que no
debería de faltar en las estanterías de nuestra biblioteca. Recuerda, el
espíritu de Guillermo de Baskerville puede vagar por ella.
Premios:
Strega: Máximo galardón
literario en Italia.
Premio Médicis Extranjero.
Ha sido publicada en treinta y
cinco países.
Para el
diario francés Le Monde es uno de los 100 mejores libros del S.XX. Estas
palabras del autor me encantan, por tanto las transcribo:
“La novela debe de ser una
máquina de generar interpretaciones, y no corresponde al autor facilitarlas.”
(Después algunos se cabrean cuando no se acierta
con lo que piensan sus personajes, y dicen que no hemos atinado para nada en el
matiz que ha dado los mismos, ¿será que hemos efectuado una mala lectura…?)
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