La Puerta de los Ángeles
“Una novela que deleita, divierte y perturba
en la misma medida en que provoca la reflexión.”
(Allan Massie – Scotsman)
Ficha técnica:
Título original: ’The Gate of Angels’
Título: ‘La Puerta de los Ángeles’
Autora: Penelope Fitzgerald
Traducción: Jon Bilbao
Género: Narrativa
Año de
Edición: 2015
Editorial: Impedimenta
Idioma: Español
Págs. 240
Encuadernación:
Rústica
ISBN: 9788415979968
Biblioteca de Wren - Cambridge (Vista desde Nevile's Court)
Es uno de los claustros del Trinity College
Como
sucedió con el libro ‘La Librería’, de
esta misma autora, (P.F.) en ‘La puerta de los Ángeles’, donde se narra la vida
universitaria inglesa de principios de siglo, con sus costumbres, dimes y
diretes, junto a ese trasiego estudiantil de la Universidad, del College, con
sus estrictas normas de conducta, es la disculpa, la excusa más bien para
contar al mundo la lucha de clases, de aquellos que son vencidos por la
historia, los perdedores, la eterna pugna entre vencedores y vencidos, los que
son refrenados por el día a día, tan cabrón
para algunos y tan perfecto para otros.
Nos referimos a ese tipo de
personas que les cuelgan la medalla, el ‘sanbenito’
de perdedores, la gente común que a pesar de las patadas de la vida siempre van
haciendo todo lo posible por salir adelante con dignidad, en especial y he
aquí uno de los puntos principales del libro, las mujeres sufragistas del WSPU una organización feminista
que reivindicaba el voto de la mujer, y esto ha llegado a ser uno de los
grandes cambios que han ocurrido (para
bien) en este puñetero mundo, en
esta sociedad que nadie sabe dónde acabará, ya que unas veces gira para un
lado, y, poco después para el contrario, es decir al revés, siendo un verdadero
coñazo, en el mejor sentido de la
palabra, aclaremos antes esto para que nadie se sienta ofendido.
Sigamos con el tema. Este
suceso (sufragista) en donde están
implicadas tanto la madre como las hermanas de nuestro protagonista,
sorprenderá al bueno de Fred, que vive en un mundo totalmente opuesto, no
comprendiendo el paso dado por las mujeres de la casa, ya que tiene la misma
forma de pensar que todos los hombres de su época, un tanto-mucho anclada en
los tiempos prehistóricos, donde la mujer podía darse por satisfecha si obtenía
un papel secundario en un orden de cosas, donde como era y es de esperar
primaba la masculinidad, por tanto Fred observa esta situación familiar como
una pérdida de tiempo, y ve como una verdadera estupidez la libertad de expresión de la mujer.
La Era Victoriana
También nos encontramos con
dos personajes como son Daisy y Fred, que pertenecen a dos clases bien
diferentes, surgiendo en su relación una fisura, un ‘precipicio’ bastante
difícil de atravesar, debido a la ya mencionada lucha de ‘clases sociales’ bien
diferenciadas una de la otra, siempre con la misma cantinela. La superior interesada en no perder privilegios e
interesada en que todo tiene que estar en su debido lugar, mientras que la
segunda lucha por ganar unos derechos que le corresponden por naturaleza. –Nada nuevo bajo el sol-, y pienso que
hoy día seguimos con lo mismo de siempre.
Me llama la atención todo lo
que puede dar de sí un accidente en bicicleta, pues este incidente dará pie a
que se desencadene nuestra historia. Al mismo tiempo me ha gustado la
descripción que hace la autora sobre los diferentes barrios obreros, su meticulosidad
en explicarnos ciertos detalles de la época como el tránsito de personas en
hora punta por los diferentes puentes de Londres, el transporte público, los
grandes almacenes, y el comportamiento de las clases burguesas, con unos
privilegios que no están dispuestos a perder, (aunque creo que eso ya lo he
comentado antes) donde el ‘qué dirán’,
‘tanto tienes, tanto vales’ y la hipocresía ocupaban los primeros lugares
en su rutinaria vida.
Tower Bridge, junto a la Torre de Londres, donde Enrique VIII ejecutó a dos de sus esposas, se construyó por la falta de accesos al este de la ciudad, donde se ubicaba un bullicioso puerto, ahora convertido en el centro financiero de Canary Wharf.
Una autora que no nos deberíamos de perder, simpática, con
historias amenas y de fácil lectura, ideal para unos buenos momentos de relax,
pero ya sabéis, quien quiera leer algo sesudo, que se compre una enciclopedia’.
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