La profecía de la Atlántida.
Ficha técnica:
Título: “La profecía de la Atlántida””
Autor: Thomas Greanias
Título original: “The Atlantis Prophecy”
Traducción: Isabel
Blanco González
Editorial: La
Factoría de Ideas
Categoría: Debolsillo
Publicación: 2012
Primera
edición: Junio 2012
Págs. 346
ISBN: 978-84-9800-802-
Encuadernación: Tapa
blanda
Lengua: Castellano
Diseño cubierta:
Masgrafica.com
Más
de lo mismo, más de lo de siempre, mucha carrera, mucho pasillo oculto,
terrenos ignotos que son descubiertos, junto con documentos descodificados en
un tiempo record, códigos indescifrables que el protagonista interpreta a una
velocidad endiablada, consiguiendo en muy poco tiempo lo que otros no han
podido hacer tras décadas de estudio.
Demasiadas
constelaciones, escaleras ocultas, pasillos tapiados para nunca más ser
encontrados…, exprimir los mismos personajes, las mismas historias vez tras
vez, y yo me pregunto ¿para qué? En este tipo de lecturas me pueden ocurrir dos
cosas, que me ponga a comer pipas, (lo
más fácil, ya que lo voy a encontrar más provechoso), o que me acabe estresando
con tanta demostración de conocimiento y erudición por parte del autor, porque
para eso ya tengo una enciclopedia, que me hacen quedar con una serie de dudas,
si es un fantasma, si me está tomando el pelo o que simplemente es un pesado.
No
cabe duda que escribe mucho mejor que Don Brown (aunque ambos son unos
verdaderos cargantes), y que sus secuelas o sombras son bastante alargadas.
Muchos son los que se apuntan a este tipo de historias, al rollo de las sagas, a
este carro del cual el buey no tiene mucha necesidad de tirar, en donde es
fácil hacer dinero vendiendo unos cuantos libros.
Se
que me voy a granjear muy pocas simpatías con lo que voy a decir, y muy
probablemente miles de personas no puedan estar equivocadas, pero a mí este
tipo de lecturas y de autores no tienen ninguna gracia, siendo bastante
liantes. En esta historia sobran unas cuantas páginas, que bajo mi punto de
vista solo están de relleno.
Ni el
maligno opera en el planeta para acabar con todo el orden establecido, ni los
americanos son la representación del Creador en la Tierra, ¡válgame Dios!
Además ni los americanos son tan buenos como los pintan y tampoco tan malos.
Para
los amantes de este tipo de lecturas es perfecto, tanto Iluminati, tanta
Alineación les puede resultar alucinante, pero para una inmensa minoría sólo es
un auténtico pasaratos.
Se me
olvidaba, el protagonista de la historia a mi parecer es clavadito a alguno de
los personajes de Don Brown. Señor Greanias tiene que darle un poco más al “coco”, e imaginación al poder. Hay
cosas y situaciones que no pueden ser, no nos haga comulgar con ruedas de
molino. Sinceramente, he quedado de la “piedra
angular” hasta las narices, me ha perdido usted bastante, ya que no se si
el subsuelo del Capitolio es un mundo transversal anexo al nuestro, o si el
culpable de todos los males de la sociedad, y el mundo actual ha sido el
mismísimo Washington por no saber escoger bien sus compañías.
El presidente Washington por Gilbert Stuart.
Un
consejo amigo Greanias, léase un poco más a señores como Julio Verne, Jack London, Emilio Salgari,
Conan Doyle, sin olvidarme tampoco de Sir Walter Scott, e incluso hasta un tal Alatriste, y si me
pellizcas un poco hasta las aventuras de un detective llamado Harry Dickson, entonces
sabrá lo que son las auténticas
aventuras, y lo que es envolver al lector en el verdadero mundo de la emoción.
Es un
antiguo periodista que ha trabajado tanto para la prensa escrita como para la
televisión. Nació en Chicago y pasó los veranos de su infancia en Grecia, entre
antigüedades y aventuras. Allí leyó por primera vez la historia de Platón sobre
la Atlántida, y se unió a diversas excavaciones arqueológicas y expediciones
submarinas que buscaban restos de la ciudad perdida en las islas de Santorini y
Creta.
Fue este interés lo que le impulsó a
escribir esta novela que, en su versión formato electrónico, alcanzó el número
uno de los más vendido en Amazon. Desde la publicación del "Resurgir de la Atlántida", Greanias ha fundado dos empresas de
comunicación que complementan su trabajo de escritor.
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