Oil tanker train


"Levántate hijo a la ventana, aquí viene el tren del petróleo".
(Los polvorientos caminos del country en la más tierna infancia)

Florida East Coast Railway , Key West Extension, tren expreso en el mar, cruzando Long Key Viaduct, Florida. foto de Florida Photographic Collection

   Cuando era pequeño vivíamos en una pequeña casa de campo asturiana frente a la vías de un tren conocido como F.E.V.E. (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha) en mi Asturias natal, y cada vez que escucho a Merle Haggard cantar 'Oil tanker train' siempre me transporta a mis días de infancia que nunca volverán, donde nos envolvía una pequeña pasión por los trenes que diariamente pasaban por delante de nuestra querida y nunca olvidada "casina". Ahora este viejo okie, (me refero al señor Merle) un demonio del denominado outlaw country retorna a estas líneas, ya que es el culpable de que por momentos me acuerde de mi pasado, cuando con seis añitos era ese Ritarbeyu, un pequeño guisante que ya luchaba por ser un músico-poeta, de momento y tras deambular por la vida, peso camiones en la báscula-puente más bonita de toda la comunidad asturiana. (Seguimos siendo igual de pequeños, pero nunca hemos perdido la ilusión.)



El viejo tren retumbaría y traquetearía cuando pasase por delante de la casa,
bien temprano en la mañana,
entonces era el momento en que mi madre decía:
Levántate hijo a la ventana, aquí viene el tren del petróleo.
A su lento paso, como temblaba la casa...

   Nuestros horarios los marcaba el paso del tren, por ejemplo en la tarde para ir a la escuela a las 14,30 h. pasaba uno que lo llamábamos el automotor, justo en ese momento nos preparábamos para 'tirar' cuesta arriba y dirigirnos a ese mini colegio rural donde estudiábamos todos los güajes la zona.

   A las horas en punto, disfrutábamos del  tren más rápido que un ser humano haya visto en su vida, "El Pájaro Blanco" que solían cogerlo todos los paisanos que se dirigían bien de mañana a trabajar, porque era puntual de narices, jamás se retrasaba, era un avance brutal de la tecnología, y todos cuando fuésemos mayores (soñábamos), queríamos ser conductor del 'Pájaro Blanco', que tenía más velocidad en sus ruedas de metal que un coche de carreras...

Foto de un automotor, aunque los tengo vistos de azul, que son mucho más guapos.
La foto es por cortesía de pinterest

Siempre viene a mis recuerdos aquella casa que teníamos junto a la vía
y todavía a pesar del paso del tiempo
sigue atrapado en mi memoria (cerebro)
ese viejo tren del petróleo.


   A mi hermano mayor le encantaba el tren carbonero, aquellas viejas máquinas (cafeteras) que nos despertaban con su incesante ruido, con sus pitidos y escupiendo vapor a toda potencia, que daba un poco de miedo, pero que a mi 'fotocopia", es decir mi hermano "grande" estaba encantado del todo con su ruidoso paso por delante de las ventanas de nuestra querida y pequeña "casina", luego en la mesa de la cocina, él dibujaba con todo lujo de detalles.
    
Estación de Pinzales (Foto: J.López)

   Pero a mí, siempre, siempre, siempre me gustó ese paso lento y tranquilo, casi sosegado de ese tren del petróleo que a pesar de su lenta cadencia hacia retumbar los cristales de nuestra morada, y que yo a la velocidad del rayo, junto con el aviso de mi santa madre me levantaba emocionado a contemplar su paso.

Papá trabajó en el ferrocarril cuando era niño
con todas aquellas labores que hizo
a lo largo de su carrera
siempre en las vías, siempre con el ferrocarril
bien presente en nuestras vidas.
Cuando llegaba Navidad nos fijábamos
que debajo del árbol circulaba un tren cisterna de juguete.
(Recordar que yo siempre traduzco 'muy a mi manera'.)

Siempre por cortesía de: sp.depositphotos.com

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