Una de estupideces


Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.
(Michel de Montaigne)




   Después de pensarlo mucho, he decidido hacer esta pequeña entrada comentando el tema de la estupidez, porque tras leer en algunos suplementos culturales algunos comentarios de ciertos escritores, de fama y renombre, que nada tienen que envidiar a su prójimo, dan a demostrar que muchas veces se comportan como verdaderos críos, unos debido a que "lloran" más de la cuenta a pesar de que venden lo suficiente para vivir de los libros, disfrutando de su momento, y otros porque les fastidia bastante que den premios a los compañeros pertenecientes al gremio y no a ellos, parece ser que nunca llueve al gusto de todos.

   Hay uno al cual vamos a obviar su nombre que dice lo siguiente: "A mí los premios me importan una mierda, los premios no venden libros". Tremenda frase, cuando después se añade que... uno pasa de los mismos cuando ve que está en la lista y nunca se te concede. La verdad es que no se puede ser más llorón, para después añadir 'la gente lee a un escritor antes de concederle cualquier tipo de premio, al lector ya lo tiene ganado', pero yo añado: vale de acuerdo, (todos los premios son discutidos y discutibles) pero a ti te fastidia que no te lo den.

   Entonces yo, autor desconocido donde los haya, que escribo por placer, por estar inoculado por el maravilloso virus de la grafomanía, que lo hago sin ningún tipo de presión, ni encargo, ni por ganarme ningún 'trofeo' literario, ni ser nombrado por grandes intelectuales, sino por satisfacción personal, soltaré mi gilipollez de turno, porque también me lo puedo permitir, y es que haciendo uso de mi libertad de expresión digo...'los premios si venden libros, lo que no vende libros son las estupideces humanas', y más aún cuando no se tiene necesidad de ninguna portada, (con fotón al canto) ni de ser primera plana en cualquiera de los grandes periódicos del mundo mundial, con sus respectivas letras de molde. (Hay personas que enchufan un aspirador y al día siguiente nos hemos quedado sin universo.) Con razón decía Montaigne que debemos de tener mucho cuidado con el énfasis, porque el hostión puede ser histórico.

Felices lecturas y hasta la próxima estupidez.


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